domingo, 13 de marzo de 2011

SEGUNDO TEMA: GIAN LORENZO BERNINI

Gian Lorenzo Bernini (Nápoles, 7 de diciembre de 1598 - Roma, 28 de noviembre de 1680) fue un escultor, arquitecto y pintor italiano, uno de los artistas más destacados del Barroco.



*BIOGRAFÍA:
Bernini nació en 1598 en Nápoles, ciudad en la que su padre Pietro, toscano, trabajaba como escultor. Al poco tiempo Pietro se trasladó a Calabria junto con su mujer, la napolitana Angelica Galante, y su hijo. En 1605 se instalan en Roma y Pietro obtiene la protección de un cardenal y la ocasión de mostrar el precoz talento de Gian Lorenzo.

La Roma de inicios del siglo XVII era una ciudad de un fervor artístico excepcional, novedoso y revolucionario, que acogía artistas de toda Europa en una continua confrontación de ideas y experiencias artísticas. En este ambiente trabajaron maestros como Caravaggio, Anníbale Carraci o Peter Raul Rubens, quienes abrieron la senda del Barroco.



-Acerca de su aprendizaje
Pietro, el primer maestro del hijo, era un escultor manierista de cierto talento, y su influencia se notaría en las primeras obras de Gian Lorenzo. A su lado el joven Bernini aprendería la organización de un taller colectivo (en el futuro dirigirá muchos) y la fusión interna de un proyecto arquitectónico con la iconografía, la escultura y la pintura.

Pietro Bernini, se instaló en Roma el año 1605 para trabajar en las obras de Pablo V. Realizó, entre otras, el relieve de La Asunción de la Virgen en el baptisterio de la basílica de Santa María la Mayor. También participó en la construcción de la Capilla Paulina, para albergar la tumba de los papas Pablo V y Clemente III.

La Asunción de la Virgen



-Sus primeras obras:
Las obras de Bernini revelaron ya desde un principio su enorme talento. En su primera fase estilística, Bernini demuestra un interés y un respeto absoluto por la escultura helenística, en obras que imitaban a la perfección el estilo antiguo.

Son de este período el Ángel con el dragón y el Fauno che scherza con gli Amorini. En cambio, obras creadas en solitario por Gian Lorenzo son La Cabra Amaltea en 1615, y los dos retratos en busto de Santonini y de Giovani Vigevano para sendas iglesias.

La Cabra Amaltea


-Su consagración:
Entre 1621 y 1625 Bernini realizaría cuatro obras que lo consagrarían como un maestro de la escultura y le darían fama. Se trata de los cuatro Grupos Borghesianos, cuatro grupos escultóricos basados en temas mitológicos y bíblicos encargados por el cardenal Borghese.

Las obras en cuestión eran Eneas, Anquises y Ascanio, basado en la Eneida, el Rapto de Proserpina, el David y Apolo. Son obras monumentales que marcarían una nueva dirección en la carrera de Bernini. Las cuatro permanecen actualmente en la Galería Burguesa de Roma.

Eneas, Anquises y Ascanio


La protección de los papas:
Durante su vida, Bernini gozó del favor y la protección de siete papas, para los que realizó numerosas obras. Sin embargo fueron tres los que mayores obras le encargaron.

-El papado de Barberini:
El año 1623 fue un año crucial para la suerte de Roma, también desde el punto de vista artístico. Maffeo Barberini fue elegido papa con el nombre de Urbano VII, un pontífice ambicioso, amante de las artes y gran admirador de Bernini, al cual le otorgo el cargo de el arquitecto de Dios. Le consideraba el artista ideal para realizar sus proyectos urbanísticos y arquitectónicos, para dar forma y expresión a la voluntad de la Iglesia de representarse a sí misma con fuerza triunfante, a través de obras espectaculares, con un marcado carácter comunicativo, persuasivo y celebrativo.

El primer encargo de Bernini fue, en 1623, la estatua de Santa Bibiana, en la Iglesia de Santa Bibiana en Roma, que incluía el proyecto de la fachada y una estatua de la santa en un momento de éxtasis. Aquí se da un giro hacia una mayor expresividad, con efectos acentuados de claroscuro, que dialogan con la pintura de Pietro da Cortona, otro protagonista del Barroco romano. Lo curioso es que la santa fue paralizada en un momento de éxtasis, cosa extraña para un santo.

Santa Bibiana

La asociación artística de Urbano VIII con su artista predilecto, culminará en la Basílica de San Pedro: la basílica surgida sobre el lugar del martirio del apóstol San Pedro, que representaría el renacimiento de la Iglesia y su reivindicación moral y espiritual tras la crisis del siglo anterior.

El papa deseaba que el nuevo altar estuviese cubierto por un enorme badalquino de bronce, construido entre los años 1624 y 1623, y coronado con el emblema barberiano. Se apoya en cuatro gigantescas columnas salomónicas, que acaban en volturas y racimos naturalísticos. Se inspiraba en baldaquinos provisionales utilizados durante la cuaresma u otras fiestas, pero esta vez plasmado en bronce de forma permanente.

Badalquino de San Pedro, en bronce

En 1627 comienza la construcción del Mausoleo de Urbano VII, terminado con varios años de retraso. Fue colocado en posición simétrica respecto al de Pablo III, el papa del Concilio de Trento, donde inició la reforma que el actual papa reclamaba haber concluido. Está inspirado en la Tumba Mécicis de Miguel Ángel, con la estatua del papa en lo alto. La mayor innovación es que la muerte aparece representada como un esqueleto que rinde honores a la figura del papa.

Mausoleo de Urbano VIII

En 1630 comienzan las obras del Palacio Barberini, comenzadas por Carlo Maderno. Contó con la colaboración de Francesco Borromini, que pronto se convertirá en su rival.

Inocencio X:
En 1644 comienza el papado de Inocencio X, mucho más austero por la crisis económica de los Estados Pontificios tras el tratado de Westfalia. Ese mismo año sufriría la demolición del campanario de la fachada de la basílica de San Pedro, por problemas de estabilidad.
Éxtasis de Santa Teresa

 Sus detractores le acusaron de incompetencia técnica, mientras el papa le daba su apoyo. Coincidiría también con el ascenso de artistas rivales como Francesco Borromini o Carlo Rainaldi.

Éxtasis de Santa Teresa, de cerca

En estos años realizaría una de sus obras cumbres, el éstasis de Santa Teresa. También realizaría la famosa Fuente de los Cuatro Ríos, en la Plaza Navona de Roma, y la escultura La Verdad, actualmente en la Galería Burguesa.
Fuente de los Cuatro Ríos

Fuente de los Cuatro Ríos, detalle
(Fijaos en esos potentes músculos, igual que hacía Miguel Ángel)

Alejandro VII:
Con la elección de Fabio Chigi como Alejandro VII en 1655, vuelve a haber un papa humanista, que como Maffeo Barberini 30 años antes se rodea de arquitectos para la ejecución de ambiciosos proyectos urbanísticos, como la reordenación de la Plaza del Popolo.

En San Pedro termina la decoración interior con la espectacular Cátedra de San Pedro, situada en el fondo del ábside, un relicario que contiene la cátedra de paleocristiana. Sostenida por estatuas de los Padres de la Iglesia Católica, como símbolo de la sabiduría y de la autoridad papal. La paloma simboliza el espíritu santo.
Cátedra de San Pedro

Al exterior construye una columnata elíptica, espacio dedicado a ceremonias religiosas públicas, que representa el abrazo de la iglesia a todo el pueblo. Las obras de San Pedro culminaron con la Scala Regia, la entrada oficial al palacio apostólico, utilizando una  columnata fugada que, flanqueando la escalinata, corrige la irregularidad del muro y crea la ilusión visual de una escalera de mayores dimensiones.

Columnata elíptica de la plaza de San Pedro


Para la familia Chigi construye dos iglesias: la colegiata de Ariccia y la de Castel Gandolfo. También edificó la Iglesia de San Andrea en el Quirinal (en Roma, en el monte Quirinal), encargada por Camilo Pamphili, una iglesia pequeña de planta elíptica con la entrada en el eje menor y un óculo en el centro.

Castel de Grandolfo
(Según he leido en algún documento, sigue siendo un lugar donde algunos papas pasan el verano, como vacaciones)

Bernini era ya un artista de fama internacional, y en 1644 el ministro Colbert durante el reinado de Luís XIV, convence al papa para que le ceda a su artista predilecto. Así, en 1655 Bernini parte para Francia, con el encargo de reestructurar el palacio del Louvre. Fue recibido como un príncipe, sin embargo la experiencia francesa duró tan solo seis meses. Su estilo no gustaba a los comisionados franceses, que prefirieron encargar el trabajo a Claude Perrault. Sí que realizó, a pesar de todo, un Retraso ecuestre de Luís XIV.

Uno de los últimos grandes trabajos encargados por Alejandro VII, fue la escultura del Sepulcro de Alejandro VII, un monumento meditativo e íntimo que representa a Alejandro VII, arrodillado y humilde, acosado por La Muerte, figura que le muestra un reloj de arena, recuerdo de que algún día el tiempo se acabará. Contiene cuatro figuras alegóricas: la Caridad, la Verdad, la Prudencia y la Justicia
















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